Las niñas nacen con poder. Todas las niñas tienen capacidades intrínsecas que deben florecer a medida que avanzan hacia la edad adulta, dando forma a su futuro y, a su vez, al mundo.
Podemos ver ejemplos por doquier de niñas que están a la vanguardia de los movimientos por la justicia climática, por la educación universal y muchas causas más. Las huellas transformadoras de mujeres increíbles, aquellas que sí alcanzaron su potencial, están por todas partes, en ámbitos que abarcan desde la legislación y la creación de vacunas que salvan vidas, hasta la mejor tecnología.
Sin embargo, muchísimas niñas de todo el mundo no pueden explotar ese poder inherente. Se les niegan sus derechos, se socavan sus decisiones y oportunidades de prosperar. Por consiguiente, todos nos perdemos los posibles logros de estas niñas, así como lo que su visión, ingenio y pasión podrían ofrecer al mundo.
Hoy, con motivo del Día Internacional de la Niña, homenajeamos a las niñas de la generación digital que aprovechan el poder de las nuevas tecnologías para forjar un futuro mejor para todos. Sin embargo, también debemos llamar urgentemente la atención sobre aquellas niñas que se están quedando atrás por la discriminación de género que las limita sistemáticamente, tanto en la actualidad como a lo largo de su vida. Estas desigualdades también llegan a Internet, una herramienta que las niñas siguen utilizando menos que los niños, hasta cuatro veces menos en algunos países. Esta brecha digital agrava las históricas disparidades de género.
La pandemia de COVID-19 ha demostrado lo rápido que pueden multiplicarse las desigualdades: con el cierre de las escuelas, las niñas que carecen de acceso a Internet han sufrido pérdidas en cuanto a educación, información y servicios de salud. En muchos lugares, las niñas a las que se niega una educación corren un mayor riesgo de verse obligadas a casarse en contra de su voluntad.
Cada vez más a menudo, el ejercicio de muchos derechos se basa en el acceso digital, que puede ayudar a las niñas a encontrar información, estar en contacto con sus compañeros, establecer movimientos sociales, explorar su identidad, llevar un seguimiento de su menstruación y encontrar ayuda en caso de acoso o violencia.
Sin este acceso, las niñas se enfrentan a grandes obstáculos para gozar de salud y derechos sexuales y reproductivos y autonomía corporal. Aquellas que viven en campos de refugiados o en comunidades pobres tal vez no dispongan de servicios locales que respondan con amabilidad y comprensión a sus necesidades en lo que respecta a la salud sexual y reproductiva. La vergüenza o el pudor que pueden sentir al realizar preguntas sobre las relaciones sexuales o la identidad de género es más fácil de sobrellevar con el anonimato que proporciona el mundo virtual.
Por supuesto, la tecnología digital también tiene sus inconvenientes. Las niñas con acceso a estas tecnologías corren mayor riesgo de sufrir distintas formas de violencia digital. El acceso de las niñas con discapacidad continúa siendo insuficiente, y la disponibilidad de acceder en el idioma local es muy limitada. Estos problemas también reflejan los perjudiciales desequilibrios de poder entre los géneros.
No debemos tolerar un mundo digital que refuerce las desigualdades; en cambio, debemos utilizar estas herramientas para cerrar la brecha de poder de género para las niñas. Esto podemos alcanzarlo a través de proyectos como Mandukhai, un nuevo chat automático (chatbot) desarrollado por el UNFPA para hacer llegar a los niños y niñas adolescentes de Mongolia información factual sobre la salud sexual y reproductiva.
Debemos aplicar estas tecnologías para ayudar a las niñas a ejercer sus derechos y garantizar su autonomía física. Esto es precisamente lo que ocurrió cuando una joven en la India utilizó la información facilitada por un servicio móvil de entretenimiento educativo apoyado por el UNFPA para salvar a una amiga del matrimonio infantil.
Las niñas no solo utilizan estas herramientas, sino que las crean, apoyémoslas. En varios países, el UNFPA se ha asociado con el sector privado para proporcionar tutorías y recursos que las niñas necesitan para diseñar soluciones digitales innovadoras para un futuro más igualitario.
Creemos juntos un mundo digital que sea accesible y seguro para todos y todas, y forjemos un futuro en el que todas las niñas puedan desarrollar todo su poder y potencial.