Las mujeres afrodescendientes son parte de un legado extraordinario. Han liderado movimientos para poner fin a la esclavitud y defender los derechos fundamentales para ellas, sus familias y sus comunidades.
Las mujeres afrodescendientes nunca han abandonado la búsqueda de igualdad, justicia y reconocimiento. Son defensoras incansables porque viven la realidad de formas de discriminación que se atraviesan. Al exigir sus derechos inalienables, están contribuyendo a sociedades más justas e inclusivas.
El Día Internacional de los Afrodescendientes es un momento para reconocer sus contribuciones al mundo y renovar el llamado a promover y proteger los derechos humanos de las personas descendientes de africanos víctimas de la esclavitud.
También es un momento para examinar cómo el racismo sistémico, el sexismo y otros factores continúan socavando la capacidad de acción de las mujeres afrodescendientes y empujándolas a una mayor pobreza y hacia peores resultados de salud.
Nuevos datos del UNFPA revelan que las mujeres y niñas afrodescendientes en toda América experimentan denegaciones sistémicas de atención de calidad, maltrato y abuso por parte del sector de la salud, lo que genera impactos mortales. En Estados Unidos, las mujeres y niñas afrodescendientes tienen tres veces más probabilidades de morir durante o poco después del parto que las no afrodescendientes; en Surinam son 2,5 veces más probables; y 1,6 veces más probable en Brasil y Colombia.
Estas muertes son en su mayoría prevenibles. Podemos poner fin al racismo y al sexismo que impulsan los patrones de abuso y negligencia que cobran tantas vidas. Podemos erradicar la discriminación profundamente enraizada y que aún está arraigada en los planes de estudios médicos y la prestación de servicios de salud, y en las decisiones políticas que desvían fondos, personal y equipos que no llegan a las comunidades de ascendencia africana en todas partes.
Para superar estas barreras, necesitamos datos desagregados. La mayoría de los países hacen un seguimiento de las tasas de mortalidad materna; sólo unos pocos pueden mostrar cómo varían las tasas entre las diferentes etnias. En las Américas, por ejemplo, sólo 11 de 35 países recopilan estadísticas sobre mortalidad materna por etnicidad.
Un programa pionero de partería comunitaria en Colombia, Partera Vital, redujo a cero las muertes maternas al tratar de comprender y responder a las necesidades en un área con poblaciones afrocolombianas e indígenas. Al apoyar servicios que satisfagan las necesidades y preferencias expresadas por mujeres y niñas, podemos lograr resultados poderosos.
El UNFPA desempeña un papel de liderazgo a nivel mundial en la mejora de la atención médica y el logro de la justicia y el desarrollo para los afrodescendientes, especialmente las mujeres y las niñas. Estamos acelerando las mejoras en los datos para que los países puedan tomar medidas correctivas urgentes. Hay mucho trabajo por delante, pero nunca nos rendiremos.
Continuaremos trabajando con nuestros socios para ayudar a las comunidades marginadas y poner fin al racismo y la discriminación en todas sus formas, para que algún día salga el sol sobre un mundo de derechos y opciones para los afrodescendientes y para todos.